REGRESA
AL TRABAJO DESPUES DE LAS VACACIONES SIN SUFRIR EL SINDROME POSTVACACIONAL
Lo habitual es que hoy en día todos podamos
disfrutar de las vacaciones y del ocio durante un período entre 15 días y un
mes durante el año. Esto es un progreso en la vida laboral para las personas,
pero hoy en día parece haberse convertido en un castigo el ir y volver del
trabajo.
Las personas aprendemos de nuestro entorno y
vamos generando recursos y formas de actuación que son adecuadas y eficaces
para nosotros, pero hay situaciones en las que parece que perdamos el control
de manejarnos con ellas, una de estas situaciones de pérdida de control es el
volver al trabajo; parece que el desconectar nos ayude a distanciarnos de los
hábitos que hemos llevado día a día durante el año de trabajo, y esto es bueno,
el romper con lo que he estado haciendo todos los días; levantarme temprano, soportar el tráfico o la espera del transporte
público para acudir a la oficina, al colegio, a la fábrica, a la obra…la
actividad física, mental y afectiva que desencadena la actividad diaria de
resolver problemas y situaciones inesperadas del trabajo, las responsabilidades
de cumplir con lo que toca, y de relacionarme con compañeros, jefes, clientes….
Pero romper y disfrutar de otras actividades
que pueden ser más placenteras para nosotros como pasear sin prisas, practicar el deporte que me gusta, dedicar todo
el tiempo que quiera a mi familia, leer, viajar, hacer la siesta, levantarme
más tarde….hace que la conexión con la realidad laboral sea dura y choque de
forma demasiado brusca como para adaptarme tan deprisa.
Para ello tenemos que darnos tiempo, y si
realmente hemos disfrutado de estos días de descanso nos encontraremos con
energía y ganas de empezar a trabajar renovados, quizás el descanso nos permita
aportar ideas nuevas, preparar con más ganas aquel trabajo que me deje
pendiente antes de las vacaciones, encontrarle más sentido a mi relación con
los compañeros…
Es sabido que el síndrome postvacacional es
un período de adaptación que puede durar de 2 a 15 días más o menos, que no es
ninguna psicopatología. Es como hemos comentado anteriormente un cambio de
planificación y actividad diaria, este cambio nos altera nuestro estado de
ánimo y nos provoca cierta incertidumbre porque no nos sentimos del todo
centrados, esto puede provocar nerviosismo y desasosiego, y como consecuencia
alteraciones en el sueño, en el apetito, oscilaciones de humor, molestias en el
estómago…pero simplemente son reacciones de nuestro cuerpo al cambio de ritmo
que le hemos dado.
En este caso nuestra inteligencia ha de
actuar promoviendo conductas de autoayuda para adaptarnos cuanto antes al día a
día sin sufrir demasiado; para ello has de pensar con sentido común y decirle a
tu cuerpo que lo que le sucede es que le has impuesto un nuevo ritmo que ya lo
conoces y sabes manejártelo bien, que no te pasa nada y que te vas a proponer
utilizar ese descanso vacacional que has disfrutado, sintiéndote lleno de
energía y renovado, recuerda los momentos agradables de las vacaciones, siéntete
afortunado de haberlos vivido y compártelos con los demás. Proponte cosas que
quieras conseguir este año en tu trabajo y planifícate para ello, también busca
actividades y hobbies que te hagan relacionarte y que te llenen como persona.
Recuerda que actualmente vivimos a veces más
rápido de lo que nuestro cuerpo es capaz de asimilar, se paciente y date
tiempo.
Si ves que continuas sintiéndote desplazado
en tu trabajo, triste y con pocas ganas de ir a trabajar, si notas ansiedad y
esto te afecta hasta el punto de no relacionarte con los demás como antes,
posiblemente no sea síndrome postvacacional es posible que sufras Burnout o que estás quemado, y si
mantienes tu situación sin hacer nada al respecto si podrás desarrollar una
enfermedad mayor como la depresión o la ansiedad, mi recomendación es ponerte
en manos de un especialista. Es importante conocernos, saber cuáles son
nuestros límites y cómo actuar promoviendo nuestra salud .
Orienta psicólogos
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