2 de set. 2013

Empecemos a prevenir el BULLYING o ACOSO ESCOLAR


Vuelve Septiembre y con ello volvemos al cole y empezamos un nuevo curso que para muchos niños puede ser el primero en su etapa escolar, para otros puede ser el terminar con un ciclo formativo, para algunos es volver con los amigos, reencontrarse con buenos momentos de compartir, aprender y divertirse, pero para otros este nuevo curso será volver al suplicio, al sufrimiento de ser acosados psicológica o físicamente por otros niños,  desde  insultos, burlas, desprecios…( acoso psicológico) hasta la agresión física; los agresores suelen manejar al acosado intimidándolo, dominándolo y utilizando el miedo, el terror, así mantienen la sumisión del niño agredido…es decir, para que se dé el acoso tiene que haber un dominador y un sumiso, vínculo que podemos asociar a muchas situaciones de nuestras vidas….¿los padres y maestros estamos al margen de esto?,
 
De acuerdo a las últimas noticias sucedidas de acosos parece que todos nos debemos involucrar pero no solo cuando ya esté sucediendo sino antes…tenemos que aprender a prevenir estas situaciones, a anticiparnos a ellas con la educación y el aprendizaje emocional, esto es aprender y enseñar “ a saber ponernos en el lugar de los demás”, “ ser capaces de comprender a los otros”, “ saber apoyarse entre unos y otros”, “ reconocer el valor propio” etc…parece que estas habilidades las tenemos ya aprendidas después de miles de años de evolución, y las ponemos en marcha a través del vínculo materno en los primeros años de vida que fomenta este aprendizaje; los expertos dicen que tanto en los acosadores como en las víctimas de agresiones hay una predisposición que viene desde la primera infancia de cero a tres años, suelen ser niños con carencias afectivas que desarrollan una predisposición a la agresividad.
Es decisiva la relación que los niños establezcan con los adultos tanto los padres como otros familiares así como los educadores, personas con las que pasan incluso más tiempo que con los padres…es crucial como esté consolidada esta relación mediante la confianza, mediante muestras afectivas y la ausencia del chantaje emocional, dependiendo de cómo empecemos a relacionarnos los mayores con nuestros niños les daremos las posibilidades mayores o menores de ser víctimas de estos acosos…no olvidemos que dependen de nosotros, y nuestra conducta hacia ellos será definitiva para el desarrollo…
Ante esta alarma psicosocial, pensemos como podemos proponer que sea este año escolar con nuestros niños y cuál va a ser nuestra actitud hacia ellos, tanto en las situaciones divertidas, alegres y llevaderas, como en los conflictos y situaciones más complicadas de resolver..
Planteemos este año como un camino de mejora en nuestras relaciones padres-hijos, educadores-alumnos. Nosotros vamos por delante, ellos nos siguen, seamos un buen ejemplo, y si para ello tenemos que replantearnos ciertas actitudes ante nuestra vida, hagámoslo; empecemos a desarrollarnos los adultos antes que los niños y a detectar nuestras carencias, tratándolas, para que nuestras influencias hacia los niños sean sanas y constructivas.


Patricia Catalá
Orienta psicólogos
                                              




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