13 de juny 2013

ENTRE DOS GENERACIONES (2ª parte)



Estimados lectores, de acuerdo a lo que pudisteis reflexionar en la primera parte de este artículo, podríamos resumir que las personas a medida que maduramos cambiamos nuestras expectativas de lo que queremos conseguir en la vida, y estas nos marcan diferencias entre generaciones que nos pueden alejar en nuestras relaciones entre padres e hijos; cuando estamos en una etapa intermedia queremos situarnos y estar activos socialmente puesto que así nos lo marca también nuestro desarrollo biológico alcanzando madurez y estabilidad…pero cuando llega la edad de jubilación, necesitamos tranquilidad, una vida más contemplativa y relajada.
 
Es positivo recordar que nuestros mayores fueron la primera generación del Rock and Roll y los que rondan los cincuenta los que vivieron el movimiento hippie, ¿pensáis los adultos más jóvenes que acaso nuestros mayores son conservadores?, ellos ya vivieron en su época el poder de sus actitudes liberales y fomentaron una sociedad más permisiva, ¿a caso pensáis que no os entienden?...¡si fueron ellos quienes impulsaron la libertad que disfrutáis actualmente!
Y respecto a los jóvenes que en estos momentos sufren el desarraigo familiar ¿a caso los mayores pensáis que los jóvenes no necesitan de la familia para recibir  el apego y afecto necesario del que la sociedad fría y competitiva les priva? …

Estas diferencias del desarrollo y sus demandas en diferentes etapas de la vida nos tendrían que unir para equilibrar el ciclo de la vida y aprender desde los distintos puntos de vista en la familia, pero más que enriquecernos nos apartan…¿por qué, si somos continuidad unos de otros?
El hecho de que nuestra sociedad ha avanzado y la estructura familiar ha ido cambiando de acuerdo a este avance, permitiendo que disfrutemos de mejor salud, más independencia y buena posición económica, hace que nuestros mayores no estén tan integrados en las familias puesto que el centro de la relación familiar recae en los cónyuges; es cierto que nuestros miedos son: para los padres mayores no sentirse integrados notar que se les deja de lado, que no son importantes; y por los hijos adultos el no lograr su independencia porque los padres se inmiscuyan demasiado en su vida de matrimonio y en la crianza de sus hijos…para llevar de la mejor manera este RELEVO GENERACIONAL resolviendo nuestros conflictos que son naturales y normales tendremos en cuenta que:
*    cada generación toma sus propias decisiones y sufre o disfruta de sus consecuencias, dejad que cada uno aprenda de sus propias opiniones
*    Escucha e intenta entender las expectativas, esperanzas, opiniones, sentimientos tanto de los hijos a los padres como viceversa….aproxímate sin juzgarlas
*    Reconoce que los sentimientos y experiencias tanto de los hijos adultos como de los padres mayores son dignas de cada uno, y tienen el derecho de tener sus propias opiniones y de ser diferentes
*    Si la relación es flexible y abierta ( aceptando nuestros errores y dudas al momento) entre padres mayores e hijos adultos se fortalecerá la relación, pudiendo recibir apoyo unos de otros en las situaciones más complicadas, como cambio de trabajo, matrimonio o divorcio, enfermedad y muerte…
*    Sentir que unos somos continuidad de otros, que tenemos que colaborar para juntos crear el ciclo de la vida “ unos apoyan a otros y viceversa”

¡Seamos más conscientes de lo que nos une!


Patricia Catalá
Orienta psicólogos





10 de juny 2013

ENTRE DOS GENERACIONES (1ª parte)



Los que nos hemos convertido en adultos y estamos entre los 35 y 45 años hemos alcanzado la madurez para encontrarnos en un cambio de desempeño de responsabilidades respecto a nuestras familias; estamos en el momento de criar a nuestros hijos y de apoyar a nuestros padres que posiblemente estén jubilados y en edades de cambio respecto a sus estilos de vida. Estas nuevas facetas que entran en nuestra cotidianeidad cambian la forma de vivir hasta ahora y si somos conscientes podremos buscar a través del diálogo momentos en los que tengamos puntos de encuentro más que distancia e incomprensión; pero, ¿qué difícil es esto actualmente? Porque ¿de dónde saco el tiempo, si voy muy liado con mi trabajo y…además ¿ cómo voy a entenderme con mi padre o él conmigo si toda la vida nos hemos llevado mal, y sobretodo el hecho de dialogar de sentarnos y saber hablar entre nosotros, sin terminar en discusión o en incomprensión…

En definitiva esto es un problema generacional que siempre lo vamos a sufrir y viene de años…os propongo el ampliar vuestros puntos de vista respecto a vuestros hijos, y a los hijos ya adultos, también os ofrezco una manera de pensar y ver a vuestros padres más adecuada según sus tiempos…
El período de la adultez o adultos maduros lo que somos muchos de nosotros se caracteriza por tener responsabilidades laborales, haber llegado a consolidar nuestro trabajo y estar a un nivel bueno de desempeño y reconocimiento en el mundo laboral, nos sentimos que tenemos la responsabilidad del mundo, es decir, que somos los activos en la sociedad, los que tomamos las decisiones en muchas áreas empezando por la laboral, la familiar, nos sentimos capaces de educar a nuestros hijos que están empezando a crecer y a ser adolescentes con todos los conflictos y problemas que lleva esto…pero nos sentimos capaces y decidimos ante aquello que se nos va presentando, la inseguridad no nos permitiría continuar tomando las iniciativas…
Con respecto a nuestros padres quizá estén jubilados y hayan entrado en la fase de madurez tardía dónde necesiten acoplarse a un nuevo estilo de vida ante el cambio que supone el dejar de trabajar, jubilarse y tener que adaptarse a unos ingresos económicos un tanto menores, también el cuidado que necesitan por padecer ciertas enfermedades o ser más propensos a ellas, afrontar la muerte del cónyuge…es cierto que actualmente el hecho de que hayan más adelantos médicos, comodidades y cuidados de la salud hace que las personas vivamos más,  y cada vez se alarga más este conflicto generacional de cambio de papeles ( responsabilidades) entre padres e hijos.
Los padres jubilados tienen que tomar el papel de mentores como nexo con la generación más joven, si no les aceptamos sus consejos puede que se aislen, ensimismen, estacándose y apartándose del flujo de la vida. Ellos continuan siendo el cabeza formal de la familia; Pero sin olvidar que es el joven quién decide, toma la iniciativa, y lo pone en marcha puesto que es él quién se encuentra en el papel activo.

Es crucial que para realizar bien este intercambio generacional lo hagamos pensando en lo que le sucede al otro,  ponerse en nuestro nuevo papel y aceptarlo por unos y otros, el asumir esta inversión de papeles es parte inevitable del ciclo de la vida, la nueva relación debe llevarse dialogando y con comprensión por ambas partes, si no puede generarnos resentimiento, sufrimiento e incomunicación, esto no nos permitiría realizar el intercambio generacional de experiencias y saberes que es también esencial para comprender la vida.

Patricia Catalá
Orienta psicólogos



6 de juny 2013

Ser profesor hoy, riesgo a sufrir “Estrés docente”



De acuerdo al último estudio europeo de las enfermedades profesionales sabemos que la segunda enfermedad que más bajas causa en los países europeos es “el estrés laboral” , caracterizando a la enseñanza como una de las profesiones consideradas altamente estresantes, lo cuál influye en la calidad de la docencia, además de ser costoso a nivel individual, organizacional, económico…pero es el coste social el que más repercusión tiene puesto que son las relaciones personales las que al final tienen la influencia más importante, las relaciones interpersonales que se establecen tanto entre alumnos, como de profesores a alumnos y viceversa y de padres a profesores y al contrario, estas relaciones son las que según su mejor o peor calidad podrán detonar  las situaciones actuales de agresiones y conflictos en las aulas, o activar opciones para afrontar la convivencia de manera más humana y constructiva.
 
La mayoría de profesores vuelve al colegio en Septiembre con ganas y buena disposición, pero cada vez un mayor porcentaje de ellos no pueden evitar hacer referencia a las situaciones problemáticas que viven en las aulas, como el continuo cambio en el sistema educativo,
las crecientes demandas de la sociedad con respecto a las funciones que tienen que asumir como educadores únicos, la necesidad de dar respuesta a las continuas demandas por parte del alumnado en cuanto a necesidades educativas cada vez más especiales, la necesidad de tomar decisiones en situaciones problemáticas sin apoyo…
estas situaciones que se viven hoy en el entorno escolar  se unen a la percepción por parte del profesor del bajo reconocimiento social de su trabajo, y a la indefensión ante situaciones que no puede resolver sin la colaboración de padres y de otros profesionales, volviéndose fuentes de tensión entre los profesionales de la educación desencadenando estrés y ansiedad  que puede manifestarse en “Sentimientos de desconcierto e insatisfacción frente a los problemas reales de la enseñanza, cortando su implicación personal hacia su trabajo de educar…huyendo de las situaciones conflictivas, deseando abandonar la docencia”, etc…¿qué pasa con el apoyo al profesor? ¿cómo podemos mejorar la calidad educativa? ¿es responsabilidad únicamente del profesor? ¿tenemos algo que ver los padres con esto?

Se dice que el primer paso a la hora de dominar el estrés es reconocer su existencia; sin embargo, a las personas que asocian el estrés con alguna debilidad personal o incompetencia profesional les resulta difícil aceptar esto; para algunos profesores admitir que tienen problemas en clase equivale a decir que son malos maestros, teniendo miedo de revelar sus problemas profesionales a sus colegas, que los considerarían síntomas de fracaso; junto a esto se une la demasiada incertidumbre en cuanto a nuestros sistemas educativos  y  la falta de comprensión, colaboración y responsabilidad que algunos padres muestran respecto a la labor de los maestros y otros profesionales de la enseñanza; con todo esto dejamos que nuestros hijos vayan pasando de unos a otros sin que nosotros tengamos claro en qué va a repercutirles, siendo su formación escolar no solo “académica”  dado que nuestros hijos se están formando también como personas y en esto estamos juntos profesores y padres…
Propongo que seamos los profesionales de la educación los primeros que retomemos el sentido que nos da a nuestra vida la profesión que desarrollamos, planteando juntos nuevas formas, opciones y actuaciones que nos den continuidad en ella, recordando que tenemos la enorme gratificación de ayudar a formarse a niños en adultos responsables y libres, que constituirán nuestra futura sociedad adulta.


 Patricia Catalá
Orienta psicólogos
                                              

3 de juny 2013

LAS MADRES: PRIMERAS EDUCADORAS



El papel de las mujeres en la sociedad ha ido evolucionando y ha llegado a consolidarnos como profesionales también, pudiendo disfrutar de una vida dedicada no solamente al hogar, desarrollándonos más en otras áreas importantes como no para la persona, como la profesional, la social, la cultural…
 
Las mujeres hemos atravesado una revolución en nuestra forma de vivir, pasando casi de la vida más recluida e incógnita a una vida llena de experiencias profesionales, personales…que nos hace sentirnos más vivas y satisfechas.

En estos momentos podemos afirmar que como mujeres continuamos luchando por nuestra igualdad, pero no podemos dejar de olvidar lo mucho que hemos conseguido a nivel social, familiar y laboral; hemos podido elegir una educación, hemos elegido nuestras parejas, nuestra profesión…el tener o no hijos…hemos de continuar eligiendo el educar a nuestros hijos, no dejemos de lado este derecho que teníamos tan consolidado, por no poderlo compatibilizar con otros que hemos conseguido más recientes, es evidente que ahora tenemos una vida más enriquecedora en el sentido del desarrollo personal, pero seguro que no estaremos tan orgullosas y contentas al ver que nuestros hijos se nos van de las manos sin dejarles nuestra huella.

La psicología del desarrollo explica como mi bebé y yo estamos íntimamente conectados, que mi bebé necesita de mi prácticamente todo, no solamente cubrir sus necesidades biológicas básicas, comer, dormir, sentirse seguro, necesita sentir mi dedicación.

Y con ello desarrollar los sentimientos de mi hacia mi hijo y que él desarrolle sus emociones y establezca vínculos afectivos conmigo y esto promueva su desarrollo como persona.

Que sucede si no se establecen estos vínculos con los demás que las emociones son las que nos dan la fuerza y nos mueven a la acción, a comportarnos de acuerdo a lo que nos importa y nos gusta, nos dirigen hacia lo que queremos conseguir en nuestras vidas….podemos asegurar que el afecto es en definitiva nuestro motor…¿ qué pasaría si no sintiéramos? ¿qué nos sucedería si viviéramos sin emocionarnos?...posiblemente nuestra vida sería tan aburrida que no valdría la pena vivirla, tal vez sería complicado decidirnos por unas u otras cosas porque no sabríamos diferenciar qué preferimos, quizá no podríamos sobrevivir porque nuestra intuición no nos diría que nos estamos equivocando…sin emociones es difícil vivir…por tanto tenemos que desarrollar EL AFECTO en nuestros niños para que les de sentido a sus vidas, sin esta dirección no podrán tomar decisiones adecuadas para su supervivencia.


Patricia Catalá
Orienta psicólogos