10 de juny 2013

ENTRE DOS GENERACIONES (1ª parte)



Los que nos hemos convertido en adultos y estamos entre los 35 y 45 años hemos alcanzado la madurez para encontrarnos en un cambio de desempeño de responsabilidades respecto a nuestras familias; estamos en el momento de criar a nuestros hijos y de apoyar a nuestros padres que posiblemente estén jubilados y en edades de cambio respecto a sus estilos de vida. Estas nuevas facetas que entran en nuestra cotidianeidad cambian la forma de vivir hasta ahora y si somos conscientes podremos buscar a través del diálogo momentos en los que tengamos puntos de encuentro más que distancia e incomprensión; pero, ¿qué difícil es esto actualmente? Porque ¿de dónde saco el tiempo, si voy muy liado con mi trabajo y…además ¿ cómo voy a entenderme con mi padre o él conmigo si toda la vida nos hemos llevado mal, y sobretodo el hecho de dialogar de sentarnos y saber hablar entre nosotros, sin terminar en discusión o en incomprensión…

En definitiva esto es un problema generacional que siempre lo vamos a sufrir y viene de años…os propongo el ampliar vuestros puntos de vista respecto a vuestros hijos, y a los hijos ya adultos, también os ofrezco una manera de pensar y ver a vuestros padres más adecuada según sus tiempos…
El período de la adultez o adultos maduros lo que somos muchos de nosotros se caracteriza por tener responsabilidades laborales, haber llegado a consolidar nuestro trabajo y estar a un nivel bueno de desempeño y reconocimiento en el mundo laboral, nos sentimos que tenemos la responsabilidad del mundo, es decir, que somos los activos en la sociedad, los que tomamos las decisiones en muchas áreas empezando por la laboral, la familiar, nos sentimos capaces de educar a nuestros hijos que están empezando a crecer y a ser adolescentes con todos los conflictos y problemas que lleva esto…pero nos sentimos capaces y decidimos ante aquello que se nos va presentando, la inseguridad no nos permitiría continuar tomando las iniciativas…
Con respecto a nuestros padres quizá estén jubilados y hayan entrado en la fase de madurez tardía dónde necesiten acoplarse a un nuevo estilo de vida ante el cambio que supone el dejar de trabajar, jubilarse y tener que adaptarse a unos ingresos económicos un tanto menores, también el cuidado que necesitan por padecer ciertas enfermedades o ser más propensos a ellas, afrontar la muerte del cónyuge…es cierto que actualmente el hecho de que hayan más adelantos médicos, comodidades y cuidados de la salud hace que las personas vivamos más,  y cada vez se alarga más este conflicto generacional de cambio de papeles ( responsabilidades) entre padres e hijos.
Los padres jubilados tienen que tomar el papel de mentores como nexo con la generación más joven, si no les aceptamos sus consejos puede que se aislen, ensimismen, estacándose y apartándose del flujo de la vida. Ellos continuan siendo el cabeza formal de la familia; Pero sin olvidar que es el joven quién decide, toma la iniciativa, y lo pone en marcha puesto que es él quién se encuentra en el papel activo.

Es crucial que para realizar bien este intercambio generacional lo hagamos pensando en lo que le sucede al otro,  ponerse en nuestro nuevo papel y aceptarlo por unos y otros, el asumir esta inversión de papeles es parte inevitable del ciclo de la vida, la nueva relación debe llevarse dialogando y con comprensión por ambas partes, si no puede generarnos resentimiento, sufrimiento e incomunicación, esto no nos permitiría realizar el intercambio generacional de experiencias y saberes que es también esencial para comprender la vida.

Patricia Catalá
Orienta psicólogos



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