3 de juny 2013

LAS MADRES: PRIMERAS EDUCADORAS



El papel de las mujeres en la sociedad ha ido evolucionando y ha llegado a consolidarnos como profesionales también, pudiendo disfrutar de una vida dedicada no solamente al hogar, desarrollándonos más en otras áreas importantes como no para la persona, como la profesional, la social, la cultural…
 
Las mujeres hemos atravesado una revolución en nuestra forma de vivir, pasando casi de la vida más recluida e incógnita a una vida llena de experiencias profesionales, personales…que nos hace sentirnos más vivas y satisfechas.

En estos momentos podemos afirmar que como mujeres continuamos luchando por nuestra igualdad, pero no podemos dejar de olvidar lo mucho que hemos conseguido a nivel social, familiar y laboral; hemos podido elegir una educación, hemos elegido nuestras parejas, nuestra profesión…el tener o no hijos…hemos de continuar eligiendo el educar a nuestros hijos, no dejemos de lado este derecho que teníamos tan consolidado, por no poderlo compatibilizar con otros que hemos conseguido más recientes, es evidente que ahora tenemos una vida más enriquecedora en el sentido del desarrollo personal, pero seguro que no estaremos tan orgullosas y contentas al ver que nuestros hijos se nos van de las manos sin dejarles nuestra huella.

La psicología del desarrollo explica como mi bebé y yo estamos íntimamente conectados, que mi bebé necesita de mi prácticamente todo, no solamente cubrir sus necesidades biológicas básicas, comer, dormir, sentirse seguro, necesita sentir mi dedicación.

Y con ello desarrollar los sentimientos de mi hacia mi hijo y que él desarrolle sus emociones y establezca vínculos afectivos conmigo y esto promueva su desarrollo como persona.

Que sucede si no se establecen estos vínculos con los demás que las emociones son las que nos dan la fuerza y nos mueven a la acción, a comportarnos de acuerdo a lo que nos importa y nos gusta, nos dirigen hacia lo que queremos conseguir en nuestras vidas….podemos asegurar que el afecto es en definitiva nuestro motor…¿ qué pasaría si no sintiéramos? ¿qué nos sucedería si viviéramos sin emocionarnos?...posiblemente nuestra vida sería tan aburrida que no valdría la pena vivirla, tal vez sería complicado decidirnos por unas u otras cosas porque no sabríamos diferenciar qué preferimos, quizá no podríamos sobrevivir porque nuestra intuición no nos diría que nos estamos equivocando…sin emociones es difícil vivir…por tanto tenemos que desarrollar EL AFECTO en nuestros niños para que les de sentido a sus vidas, sin esta dirección no podrán tomar decisiones adecuadas para su supervivencia.


Patricia Catalá
Orienta psicólogos

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