23 de maig 2013

LA ESCUELA Y LA FAMILIA CADA VEZ MÁS COLABORADORAS



Los nuevos modelos de familia, como el incremento de familias monoparentales, debido al aumento de divorcios, a la libre elección de la madre,  la incorporación de las mujeres al mundo laboral, hace que los padres estemos menos en casa, y tengamos que dejar a nuestros hijos más tiempo en guarderías, colegios, o cuidadores ajenos a la familia, personas e instituciones que colaboran en la primera educación, lo que hace que sea más temprana la socialización del niño, y empiece antes a relacionarse con diversas personas y en sociedad; esto hace que la intervención educativa y pedagógica cambie y requiera  más especialización además de intervenir antes en la educación de nuestros niños.
 
Para que nuestra tarea de educación fructifique tenemos que colaborar padres y maestros cada vez más en la enseñanza de valores, costumbres, responsabilidades, habilidades para la vida, como: enseñar a respetar a los demás, a no discriminarnos unos a otros, a aceptar diferentes formas de pensar, a tener perspectiva propia estimulando la capacidad crítica, enseñar a compartir las cosas propias, inculcar el esfuerzo para conseguir las metas que nos propongamos, aprender a comportarse y saber estar con todo tipo de personas, respetar los turnos de conversación, aprender a ser puntuales y a sabernos distribuir el tiempo, educar el cumplimiento de promesas y compromisos, enseñar a respetar el medio ambiente, a promover el trabajo en equipo, etc…

Debido a estos cambios en la familia actual y en la temprana incorporación del niño en la sociedad, la educación requiere mayor colaboración entre padres y profesores, puesto que en el aula no solo se desarrolla el aspecto intelectual, también el emocional y social desde  más pequeños; por ello se necesita esfuerzo por parte de la escuela y de las familias, para que se establezca un diálogo más cercano, comprensivo y activo, permitiendo que haya sintonía y se genere confianza en los responsables de la educación, si esto se consigue lograremos que nuestros niños desarrollen mayor autoestima, y tengan más confianza con ellos y con las personas que les rodean, pudiendo llegar a ser chicos/as maduros, responsables y capaces de aprender mejor tanto conocimientos como desarrollar habilidades que ofrece la escuela.

Es importante diferenciar que los profesionales de la docencia son expertos en materias intelectuales como matemáticas, lenguaje, ciencias, y que aunque compartan con nosotros los padres, la responsabilidad de enseñar los valores de la vida, debemos ser nosotros desde la familia los que tomemos más consciencia de transmitir este aprendizaje en nuestros niños, responsabilizándonos de esta educación en principios, valores y habilidades para la vida, sin otorgarle el peso de este aprendizaje a la escuela, que aunque conjuntas con profesores y cuidadores, tenemos que asumirlas nosotros,  los padres.



Patricia Catalá
Orienta psicólogos



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