19 de des. 2012

EL PODER DE NUESTRAS PALABRAS


El hablar se vuelve tan habitual para todos que no nos damos cuenta del poder que tienen nuestras palabras y lo desaprovechamos…el principal poder es el de COMUNICARNOS, transmitiendo nuestras apetencias, preferencias, miedos, alegrías, logros, esperanzas…pero para conseguir este gran poder de la COMUNICACIÓN …tenemos que construir antes otros pequeños poderes que están en cada uno de nosotros…

El primero: comprender nuestro propio mundo y ponerle nombre a las cosas que nos rodean, entendiéndolas y uniéndolas a los sentimientos que nos generan estas vivencias

El segundo: relacionarnos partiendo de nuestro pensamiento organizado o de este lenguaje particular que hemos elaborado en el primer paso, el de poner nuestras propias etiquetas a las experiencias que tenemos ( y recordar que no todos vivimos lo mismo por manejarnos en ambientes distintos).

El tercero: hacer que esta relación que establecemos con las personas que nos rodean sea útil, porque transmitimos nuestro propio mundo y nos damos a entender ( recordar cuando un niño es pequeño y queremos entender lo que nos dice...¿verdad que le preguntamos varias veces para ver si consigue decírnoslo?)

El cuarto: que las palabras que vienen de las personas más importantes de nuestras vidas…padres, profesores, líderes, etc…sean consistentes para cada uno de nosotros, que tengan sentido con nuestro propio mundo…..

Y el quinto Poder : las palabras anteceden al acto, el lenguaje entonces tiene el gran poder de la acción; esto significa resumiendo los demás poderes que, si comprendo mi mundo y reconozco el sentido que tienen mis propias palabras ( ideas) en mi mismo, si  intento aproximar a los demás esta individualidad de la comprensión que yo tengo del mundo a través de mis palabras, y creo en lo que digo porque lo siento y soy capaz de transmitirlo, podré hablar y actuar…hacer lo que digo y aprender a partir de lo que hago…

Estos poderes del lenguaje en muchas de nuestras situaciones cotidianas se han desvanecido, porque ya no hacemos lo que decimos, ni decimos lo que pensamos, porque muchas veces ni creemos en  lo que pensamos, ni sabemos pensar en lo que creemos, y ante tal laberinto, ¿cómo voy a transmitir lo que pienso?…IMPOSIBLE LA COMUNICACIÓN…y menos la ACCION.

Propongo a partir de esta reflexión que: pensemos más en lo que creemos,  seleccionemos nuestros pensamientos y los organicemos en nuestras mentes antes de actuar, y cuando tengamos mayor claridad en nuestras propias palabras, las escuchemos y nos las digamos varias veces, entonces sentiremos “el poder de nuestras palabras”…porque seremos capaces de actuar según nosotros mismos….



Patricia Catalá
Orienta psicólogos

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