Contar chistes
y tener gracia es sólo una parte de la cualidad humana llamada sentido del
humor. El humor es un objeto de estudio relativamente abandonado, y nuevo
dentro del ámbito de la psicología positiva. Esta se define como el estudio de
las emociones, los estados y las instituciones positiva, como indican Begoña
Carbelo y Eduardo Jaúregui en un trabajo publicado en “ Papeles del psicólogo” afirman
que, desde el punto de vista de la psicología positiva, el sentido del humor no
es un mero remedio para prevenir o superar la enfermedad, sino una virtud que
fomenta un mayor bienestar y el disfrute de la vida, incluso el crecimiento
hacia una mayor humanidad y plenitud. En algunas culturas se considera que el
sentido del humor positivo es el resultado de un grado elevado de madurez
emocional.
Edward de Bono
es el padre del concepto de pensamiento lateral, desarrollo de la inteligencia
creativa, en definitiva buscar el otro lado de las cosas… el humor es una forma
entonces de romper con la arrogancia, la rigidez, la desesperación…con el
sentido del humor podemos mantener la posibilidad de ver las cosas de otra
forma. El humor sería entonces el resultado de ser más felices, puesto que
estamos agudizando el ingenio y buscando modificar nuestro proceso cognitivo,
es decir, llegar a percibir, apreciar o pensar en las situaciones que estamos
viviendo de forma más ingeniosa y alegre. El chiste es un ejemplo de cómo el
ingenio cambia el sentido de lo que estamos pensando; el ingenio promueve la
búsqueda de otras opciones o maneras de ver las cosas, lo cuál es un signo
saludable en la forma de pensar, puesto que potencia la creatividad en la
solución de problemas.
Hay dos tipos
de humor que tendríamos que fomentar: el
humor vital y el humor conciliador. El humor vital es una forma de no
tomarse demasiado en serio las cosas de uno mismo, coloreando la visión que
tiene de si mismo, de los demás y del mundo. Las personas que desarrollan este
humor dan un paso atrás para reírse de lo absurdo de la vida cotidiana. Este
sentido del humor se asocia a la buena salud, ya que es difícil estar ansioso o
irritado por mucho tiempo con una perspectiva de este tipo.
El humor
conciliador lo emplean las personas con las que nos apetece estar, son
divertidas, ingeniosas y aligeran el ambiente. Son considerados como personas
cálidas, buena gente y realistas; saben como reducir tensiones en situaciones
incómodas y también saben reírse de sus propios fallos.
En resumen
podemos decir que el sentido del humor se fomenta agudizando el ingenio y la
alegría, dos elementos que derivan de utilizar nuestro pensamiento de forma más
útil y práctica para adaptarnos a nuestra realidad cotidiana, buscándole a las
situaciones, cosas y personas un sentido más llevadero y en el que podamos
sufrir menos, reenfocando los eventos de una manera más innovadora y creativa.
Patricia Catalá
Orienta psicólogos
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